Una de las herencias árabes en la Península es lo que permite a esta ciudad, que fue capital de España, a tener una tradición que adorna casi todas las vitrinas del pueblo. Acero, Oro y Plata se convierten en obras de arte. El damasquinado (y no el damasquino) salió de Damasco - Siria, hace miles de años y hoy por hoy es considerado un sello toledano. Como la mayoría de artesanías, ésta tampoco es bien remunerada y en Toledo preocupa que no existan nuevos artesanos que trabajen esta tradición. La última generación de expertos del damasquinado tiene alrededor de 55 años. ¿Qué pasará en un par de décadas?
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