miércoles, 23 de julio de 2008

Un ladrón que dice ser un artesano


Busco un buen reportaje y encuentro, mientras como un ceviche, a un ex convicto de alto peso. Se sienta al lado mío y dice, riéndose sin un diente, que ha estado varias veces en la cárcel y que ahora vive en Madrid aunque sus pininos los hizo en Lima con una Banda que hizo historia y la sigue haciendo, bajo el mismo nombre, con nuevas generaciones de delincuentes.

Me cuenta que en Madrid dejó de ser "choro" o "chorro" (como se dice en España) para convertirse en un artesano y me dice que se fue del Perú porque allí no hay a quien robarle.

"Me dedico a robarle a turistas, o a viejos con plata, pero lo hago sin violencia... ellos se dan cuenta 2 días después, cuando no encuentran sus documentos".

Con sus propias manos, nuestro ex convicto- de unas 6 cárceles o ingresos, lo que llegué a contar en sus relatos- cobra travelers- cheques intransferibles-, falsifica pasaportes, utiliza tarjetas de crédito, vacía cuentas, entre otras cosas y todo lo hace en un "taller" que tiene en su casa.

Hablamos también de amor pero me dice que actualmente no está feliz, que no le dan su espacio, y señalándome a una niña, me aconseja no meterme con "mocosos". Está comprometido hace dos años con una mujer que ahora tiene 16 y un hijo suyo. Le pregunto si es legal meterse con una menor de edad y me dice que su familia lo ha consentido.

El tema del amor parece que lo sensibiliza y comienza a contarme sobre su infancia en el Perú. Su madre era conocida hasta por la radio por cocinar incomparables frijoles y su padre, un experto en edición y montaje allá por las épocas de Pablo de Madalengoitia, sin embargo, más allá de que ganaba premios a nivel latinoamericano por su buen trabajo, explica, no le alcanzaba ni siquiera para la comida de toda la familia, "...yo era uno de los hermanos mayores y cuando hacía la compra siempre le aumentaba algo... un pedazo de carne más o un hueso para la sopa. Así comenzó todo, pero en Perú ¿a quién le iba a robar?.

Hoy en día sólo se dedica a hacerlo en Madrid y cuando le pregunto cuánto saca al mes dándole un aproximado de 3000 euros al ver su negativa, me dice sorprendido, "...con 3000 no se vive".

Intentaré quedar con él y un fotógrafo para saber más de esta historia y publicar fotos de su silueta o talvez de sus herramientas de trabajo, aunque claro, ya me ha dicho "a mi, la fama no me interesa".
No me extraña que prefiera el anonimato.

3 comentarios:

  1. Será una historia digna de personajes como Tatán o Django. El primero terminó mal y el segundo ha dejado de delinquir hace muchos años luego de purgar condena.

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  2. No me gusta la historia..! ya me cans� de ver que solo son her�es los malos de la pel�cula..! Lo que si quisiera saber es como obtuvo su visa ....�?y que camino tomo para llegar alla ..No me gusta Valerie
    Yo

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